¿Éramos más felices antes? – Creación de necesidades

Seguro que has escuchado alguna vez que la gente antes era más feliz y no tenía tantas cosas en lo relativo a comodidades, productos, hobbies y calidad de vida. Esta frase no solo se aplica al pasado, sino también a otras culturas u otros estilos de vida como el rural.

¿Qué hay de cierto en esta creencia?, Si bien ya podemos adelantamos que en este artículo no vamos a desvelar si esto es un mito o una realidad, si que analizaremos un factor que pueda dar argumentos a favor de esta afirmación, que es la «creación de nuevas necesidades”.

Ha habido varios psicólogos y autores que han tratado de dar respuesta a la pregunta de qué hace feliz al ser humano o cómo este se siente realizado o completo. Seguro que muchos al leer la palabra «realizado” os habrá venido a la cabeza el nombre de Maslow y su famosa pirámide.

Por explicar su teoría de una manera sencilla y resumida, Maslow hizo 5 grupos de necesidades que las personas buscamos y que tienen una jerarquía entre si que este plasma en una pirámide. De esta forma, las personas irían buscando satisfacer en primer lugar las necesidades ubicadas en la parte más baja de la pirámide y una vez conseguido, irán escalando en ella en busca de satisfacer las necesidades situadas en el siguiente nivel.

Es decir, que las personas no buscamos la felicidad a través de cumplir todas nuestras necesidades a la vez, sino que vamos asegurando ciertas cosas antes de preocuparnos por lo que viene después siguiendo un orden lógico.

Por poner un ejemplo simple para entenderlo, primero buscaremos tener un techo donde dormir y comer, después quizá nos preocupemos por comer sano y tener una mejor vivienda y finalmente pensemos en comprar una segunda residencia para ir en vacaciones, pero lo que no hariamos es buscar esa segunda vivienda si no podemos alimentarnos todos los días, ya que no tendría sentido.

En resumen, vamos de lo básico a lo menos básico tratando de ir mejorando progresivamente nuestra vida tanto a nivel material, social y afectivo.

Una vez entendido esto, podemos ver que la felicidad de una persona dependerá de cuántas y qué tipo de necesidades una persona pueda satisfacer, de manera que una persona que tenga un mayor número de necesidades básicas, tendrá más dificultades para poder satisfacerlas.

La pregunta que debemos hacernos entonces es… ¿Qué es una necesidad básica?, ¿Tenemos todas las mismas necesidades básicas?, ¿Qué cualidades debe cumplir algo para que pueda considerarse como básico?.

Seguramente si nos ponemos a hacer una lista entre todos, coincidiremos en los primeros puntos como comer y tener un hogar, pero conforme avancemos empezará a haber debate sobre si X cosa es una necesidad o no. Es aquí donde salen a jugar 2 factores que nos ayudarán a responder la pregunta que planteamos al inicio del articulo: El contexto social y la percepción personal.

El contexto social

Cada sociedad impone sus propias normas sobre cómo deben actuar sus integrantes, siendo estas las que terminan por crear necesidades que, en el pasado o en otros estilos de vida no existen, como el uso de teléfonos inteligentes u ordenadores con conexión a internet para hacer trámites básicos o el uso de redes sociales y aplicaciones para poder trabajar o encontrar trabajo.

Percepción personal

Esta juega un papel muy importante y además se relaciona con muchos trastornos y problemas de salud mental, ya que no todos «necesitamos» las mismas cosas para ser felices, como un coche de alta gama, el último modelo de móvil o una suscripción a Netflix.

De esta forma si unimos ambos factores, podemos ver que un entorno tecnológico en el que además haya un bombardeo constante de productos para «mejorar la calidad de vida» es mucho más proclive a generar un mayor número de necesidades a satisfacer para ser felices e ir al mismo ritmo que los demás respecto a un entorno rural o menos avanzado.

En el primer entorno, tendremos una pirámide que no solo será más grande, sino que lo será además en la zona de la base, que es en la que situamos todo aquello que consideramos como mínimo o esencial, mientas que en el segundo tipo de entorno tendremos una base más pequeña y por tanto más fácil de satisfacer.

En conclusión, podríamos decir que antes al tener menos necesidades, era más fácil satisfacerlas y, por tanto, ser feliz, mientras que hoy en día el propio funcionamiento de la sociedad y el bombardeo constante de anuncios, hace que sea más complicado llegar a satisfacer todo, generando una mejor insatisfacción o infelicidad.

En cualquier caso, no todo está perdido ya que nuestra percepción y grado de influenciabilidad cuando tratan de vendernos un producto jugará un papel clave a la hora de que se nos generen más o menos necesidades básicas que nos dificulten avanzar.

Compártelo si te ha gustado

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *