Falta de tiempo, rutina, ritmos de vida o el cuidado de los hijos son algunas de las razones más repetidas por parejas que sienten que han perdido esa chispa e intimidad a nivel de pareja haciendo que se hayan convertido en una especie de compañeros de piso.
Sin embargo, no son estas razones las que terminan apagando la magia dentro de la pareja, sino que es el aceptarlas como algo normal que forma parte de la vida y con lo que tendremos que aprender a convivir lo que termina haciéndolo.
En el artículo de hoy vamos a analizar cómo de ciertas son estas razones, qué otras razones ocultas hay y daremos algunas pautas para ayudaros a salir de esta situación.
Muchas parejas que se han distanciado sentimental y sexualmente tienden a echar la culpa de la situación a factores externos como los mencionados anteriormente, pero no siempre es así.
En ocasiones, el motivo de fondo se debe más bien a una infelicidad personal que termina por proyectarse a la pareja, creando culpables y causas erróneas que traten de dar explicación a esa infelicidad personal que no se ha reconocido, o simplemente puede deberse a que tenemos una serie de expectativas completamente distorsionadas o irreales sobre la relación que no pueden satisfacerse.
Por ello, para poder trabajar en la mejora de la relación, hay que identificar primero las causas reales, de lo contrario, será complicado que la pareja mejore ya que no estaremos enfocados en el área adecuada. Por mucho que cambies todas las bombillas de tu casa no saldrá agua del grifo ya que nada tiene que ver una cosa con la otra.
En este artículo no entraremos en exceso en la infelicidad personal y cómo se proyecta en la pareja, ya que esto da por si mismo para otro artículo, pero si es importante sacar a la luz esta realidad antes de continuar.
Una vez descartada una causa interna enmascarada, ya solo queda sobre la mesa el abandono sentimental que han producido la inercia de la vida en colaboración con una confianza extrema que ayuda a que todo se normalice y acepte.
¿Qué pilares clave hay que trabajar para recuperar la magia?
Confianza
Aquí no hablamos de confiar en tu pareja, sino más bien en esa “confianza que da asco” como dice el refrán. Un buen punto de partida es volver a darle su lugar a esa intimidad que hay al inicio de la relación en aspectos del día a día como ir al baño, ducharse o cambiarse de ropa. Tendemos a buscar aquello que no tenemos y valorar las cosas cuando las perdemos, de forma que “reservar” algunos aspectos puede aumentar nuestro deseo por tenerlos.
Vergüenza
Si, parece absurdo hablar de vergüenza en parejas que pueden llevar juntos o casados muchos años, pero existe. La rutina y la dinámica de inercia del día a día hacen que actuemos casi como robots y hagamos siempre las mismas cosas al tiempo que dejamos de hacer o hablar sobre otras. Esta rutina provoca que ciertos temas o actos se conviertan en tabúes, no tanto porque haya un rechazo o miedo hacia ellos, sino porque no es lo que estamos acostumbrados a hacer y nos resulta raro e incómodo hacer ese cambio que supone lanzarnos a hablar o a hacer algo que no entra dentro de la cotidianidad de la pareja.
Comunicación
Hay un chiste muy repetido que dice que el matrimonio consiste en preguntarle a tu pareja qué hacemos de comer y de cenar hasta que uno de los dos muera. Lo cierto es que ese chiste no va tan desencaminado y está directamente relacionado con el punto anterior sobre la vergüenza, ya que las conversaciones terminan convirtiéndose en una suerte de frases que soltamos a diario sin pensar: ¿Qué tal el trabajo?, ¿Qué cenamos?, ¿Hay que comprar algo?, ¿Este finde vamos a casa de tus padres?…
Podemos estar horas hablando con nuestra pareja sin decir nada, de forma que hay que trabajar en comunicar de verdad, conscientemente y de forma profunda, preguntar y contar cómo te sientes, qué te incomoda, qué echas en falta, qué fantasías tienes, etc. Normalmente no hablamos de estos temas a menudo y esperamos a que estos se conviertan en un problema que no podemos sostener más tiempo.
Tenlo claro: Tu pareja NO te va a juzgar porque hables sobre estos temas, sácate esa nube de miedo de la cabeza ya que esto solo va a reforzar la pareja y trabajar en mejorar la intimidad y complicidad entre los 2.
Contacto físico
Esta es otra cosa que dejamos de hacer y que nos cuesta mucho recuperar porque no nos sale ya que no está dentro de esa lista de comportamientos diarios que rige nuestro día a día con puño de hierro.
Es más, si uno de los dos intenta ese acercamiento de abrazos o besos, no es raro que el otro pregunte que si le pasa algo o que por qué está tan cariñoso. Ya no es que lo dejemos de hacer, sino que cuando lo hacemos lo primero que pensamos es que algo no está bien.
El contacto físico es esencial, y no, el beso al llegar a casa o marcharse no computa, es solo un comportamiento más de esa lista. Trabajad en esta faceta, tan solo con un beso o un abrazo cuando no toca podemos despertar mucho en nuestra pareja y hacer que se rompa el modo túnel de la rutina diario.
Sexo
El sexo es otro pilar que cae preso de la rutina y en ocasiones es difícil de recuperar. Generalmente suelen darse dos situaciones: O bien el sexo desaparece o se convierte en un acto mecánico más donde siempre hacemos las mismas posturas y por el mismo orden. Sinceramente no sé qué es peor.
Para mejorar el área sexual dependeremos de todos los puntos que hemos mencionado antes y cómo trabajemos y mejoremos cada uno de ellos. Si tenemos esa confianza que da asco no tendremos esa curiosidad por ver a nuestra pareja, si tenemos esa vergüenza que nos impide hablar sobre lo que nos gusta en la cama haremos siempre lo mismo y no lo que realmente nos gusta y si no tenemos ese contacto físico en nuestro día a día nos encontraremos torpes y nuevamente predecibles a la hora de tocar a nuestra pareja en la cama.
¿Cómo trabajar estos puntos clave?
1. Analiza en que situación os encontráis en cada una de estas áreas.
2. Pasad a la acción para cambiarlos. El trabajo, el ritmo de vida y los hijos no van a desaparecer y esperar a que se calmen las cosas solo es una excusa fruto del miedo a no saber qué hacer y la vergüenza a equivocarnos.
3. Busca ayuda en aquellos puntos que os cueste trabajar. Es normal no tener claro por dónde empezar o no encontrar soluciones efectivas, así que no tengas miedo o vergüenza en consultar un profesional.
Si buscáis un profesional que os ayude, contactadnos sin compromiso, te escuchamos y te contamos en qué consiste nuestro programa para parejas que adaptaremos para vuestro caso y os enseñaremos de forma gratuita antes de empezar y que incluye no solo dinámicas, sino también juegos totalmente personalizados para vosotros para que os sintáis cómodos y podáis volver a recuperar esa chispa que os falta.

